Monuments to Guilt

Monuments to Guilt es un videojuego muy peculiar, en el que sencillamente podrás visitar un museo virtual, sin más objetivos que el que una persona normal tiene al visitar un museo normal: descubrir algo nuevo y, con un poco de suerte, sorprenderse o maravillarse. Y, teniendo en cuenta el tema del museo que aquí encontraremos, lo más probable es que termines bastante sorprendido.

Los controles de Monuments to Guilt están explicados en la primera pared del museo virtual, integrados dentro de la propia exhibición. Con WASD podrás moverte de un lado a otro, con la tecla C podrás agacharte, y con el botón derecho del ratón podrás hacer zoom para ver cualquier obra más de cerca. Presionando la tecla ESC también podrás acceder al menú de opciones, desde el que podrás cambiar la resolución del juego con un solo clic.

Como ya se ha comentado, en Monuments to Guilt no hay objetivos, no hay final. Una vez empiezas a jugar, serás tú mismo el que decidas cuándo has visto suficiente y quieres salir. De ti depende cuándo terminar con esta experiencia. En cualquier caso, lo cierto es que recorrer el museo virtual de arriba abajo, parándote delante de todas y cada una de las obras, no te llevará más de media hora. Lo bueno es que será una media hora constructiva, en la que, con algo de suerte, aprenderás un poco sobre el diseño excluyente.

Pero, ¿qué es eso del diseño excluyente? El diseño excluyente es una tendencia particularmente prominente en grandes ciudades modernas, que consiste en diseñar objetos y mobiliario, en este caso bancos, de manera que sean menos cómodos, menos accesibles, menos amables con las personas que pueden querer llegar a usarlos. Y todo con la excusa del diseño y la modernidad. Dentro de este museo virtual podrás encontrar multitud de ejemplos de esta práctica, con exquisitas representaciones en 3D, e información detallada sobre la fecha y localización de cada uno de los bancos.

Monuments to Guilt es una experiencia interactiva muy interesante que, con un poco de suerte, te abrirá los ojos a una circunstancia tan terrible como absurda. Tu ciudad, mi ciudad, nuestras ciudades se están llenando de mobiliario que, en lugar de estar diseñado para ti, para mí, para nosotros; está diseñado para hacer un poquito más miserable la vida de las personas.